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Para llevar a la cama

Burbujas? Nunca recordaremos la historia que no hemos vivido

Burbujas? Nunca recordaremos la historia que no hemos vivido El último libro al que he quitado la señalcita y todavía no he devuelto a la biblioteca (y la multa va a ser linda!) es uno que mi profesor de Dirección Financiera recomendó en clase.
Tengo que reconocer que me hice la remolona, pero cuando le ví la anchura me lo pensé dos veces, total, con lo fino que era, me lo podía leer en un par de noches. De todas maneras, mi incultura me permitía no saber (todavía) quién era ese tal John Kenneth Galbraith, pero bueno, con el título tan sugerente que tenía, igual no estaba mal: "Breve Historia de la Euforia Financiera", aunque un poco tostón, con el diseño de la portada, siendo sincera. El caso es que me lo llevé!!!

La primera noche que me acompañó antes de mis insomnes noches de divagaciones en las qe monto empresas imaginariamente sin parar (de ahí la idea de mi "Cuaderno Blanco"), me sorprendió gratamente, pues para ser Premio Nóvel en Economía nada más y nada menos, el hombre no se iba demasiado por las ramas haciéndose el listo (que ya podía, digo yo, con un premio novel...), pues eso, el libro comienza hablando de las especulaciones, de cómo los americanos (con mis respetos) tenían ese afán de superación personal y financiera y pensaban que cuando algo se ponía de moda era el afan de explotarlo, hasta que el precio es tan alto, que quién explota eres tú, o mejor dicho, la burbaja que se formó por haber apostado todos en el mismo negocio.

Me encantó el episodio de la Tulipamanía, capítulo emocionante donde los haya, donde cuenta cómo los holandeses llegaron a vender "un carruaje nuevo, dos caballos tordos y un arnés completo", o incluso veinte toneladas de queso por un bulbo de tulipán! Ni en eBay hubiesen logrado tanto!!!

Otro capítulo es donde cuenta que hubo un inglés, que tras convencer presumiblemente a los funcionarios de la carcel en la que se hallaba tras ser acusado de asesinato (ya se sabe, los duelos no siempre acaban bien), se fugó a Francia, donde logró engañar desde mujeres que ofrecían su propio cuerpo para adquirir acciones de su más que dudosa "Compañía del Mississippi" hasta el Duque de Orleans, junto con lo más selecto de París. Fundó la Banque Royale, emitiendo billetes sin parar respaldados (en principio) por moneda acuñada,... hasta que el príncipe de Conti, lleno de envidia porque no podía tener su pulsera amarilla de Livestrong, quiero decir... títulos de la "Compagnie d'Occident", como ellos le llamaban, que decidió enfadarse como si aún estuviera en preescolar, y pidió todo su oro, al tiempo que a otras personas también se les ocurrió pensar que el oro era mejor, y claro, John Law qué hizo? Pues lo que hacen todos los buenos mentirosos! Aparentar!!! Así que fue reclutando a un batallón de mendigos parisienses para pasearlos con palas por las calles de París, como si de verdad fuesen para Luisiana! Qué astuto!! Claro, la gente sospechaba cuando se los volvía a cruzar durmiendo en la calle, si es que eran indigentes, los pobres!

La fascinante historia de la Banque Royale acabó el día de 1720 en que 15 personas perdieron la vida frente a la apertura de sus puertas.

En fín, amigos, no se puede vivir de timar a toda la gente!

Esta y otras muchas historias forman parte de mi recientemente acabado "Breve Historia de la Euforia Financiera", donde este hombrecilo de gafas nos cuenta las veces que hemos caído en el mismo error, una y otra vez, pasando, entre otros relatos, por el Crac del 29, os lo recomiendo, 135 páginas muy bien contadas.